Una fuerte explosión sacudió la capital rusa la tarde del sábado, cuando una de las limusinas de lujo perteneciente a la caravana oficial del presidente Vladimir Putin estalló en las inmediaciones de la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB) en Lubyanka. El incidente ha generado incertidumbre, ya que hasta el momento no se ha confirmado si se trató de un atentado contra el mandatario o de un hecho accidental.
Equipos de emergencia acudieron rápidamente al lugar para sofocar el incendio provocado por la explosión. A pesar de la magnitud del suceso, no se reportaron heridos ni víctimas mortales. Sin embargo, las autoridades rusas han mantenido hermetismo sobre los detalles del incidente y no han anunciado la apertura de una investigación oficial.
Este episodio ocurre en un contexto de creciente tensión política debido al conflicto en curso entre Rusia y Ucrania. La explosión coincide con recientes declaraciones del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien en una entrevista con “Eurovisión News” afirmó que Putin “morirá pronto”, insinuando que su desaparición podría significar el fin de la guerra.
En ese mismo discurso, Zelensky reiteró su llamado a la comunidad internacional para que mantenga las sanciones económicas impuestas a Rusia. Según el mandatario ucraniano, la presión diplomática y económica es clave para lograr una resolución definitiva al conflicto.
Las autoridades rusas no han emitido comentarios oficiales sobre posibles responsables o las causas exactas de la explosión. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue atenta al desarrollo de los acontecimientos en Moscú.
