El Gobierno argentino ha anunciado una significativa reducción del Impuesto PAIS, tributo implementado para operaciones en moneda extranjera y ciertas importaciones. Esta medida marca un paso hacia su eliminación total, proyectada para diciembre de 2024, y busca aliviar costos en el comercio exterior e impulsar la competitividad económica.
La reciente modificación disminuye la alícuota del impuesto del 17,5% al 7,5%, afectando principalmente insumos y bienes importados. Según expertos, esta decisión podría reducir el costo de productos finales en un 10%, dinamizando el consumo y fomentando la producción nacional al abaratar insumos claves. Sin embargo, el impacto inmediato en precios al consumidor podría ser gradual debido a la incidencia de componentes importados en estructuras de costos más amplias.
El cambio también repercutirá en los tipos de cambio asociados a operaciones en divisa extranjera. En particular, se espera una disminución en el valor del llamado dólar tarjeta, que dejará de incluir este recargo, reduciendo costos para quienes realicen gastos en el exterior o adquieran servicios digitales en otras monedas.
Esta política, alineada con la promesa del nuevo gobierno de Javier Milei de eliminar distorsiones económicas, también implica desafíos fiscales. El Impuesto PAIS había representado una significativa fuente de ingresos para el Tesoro, aportando más del 20% de la recaudación en el primer semestre de 2024. Su eliminación obligará al Gobierno a buscar alternativas para cubrir este déficit.
La medida ha sido recibida con optimismo por sectores productivos, que ven en esta decisión una oportunidad para aumentar competitividad y reducir precios finales. Sin embargo, también se enfrentan a incertidumbres, como la capacidad del mercado interno para absorber estas reducciones y los efectos sobre el equilibrio fiscal en el mediano plazo