
Tras más de dos décadas de restricciones, el Gobierno nacional ha autorizado el ingreso de carne con hueso a la región patagónica, una medida que promete modificar el mercado cárnico y reducir los costos para los consumidores. La decisión, oficializada a través de la Resolución 180/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), busca flexibilizar las normativas sanitarias sin comprometer el estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación de la región.
Un cambio histórico en la normativa sanitaria
Desde el año 2001, la Patagonia se encontraba protegida por una barrera sanitaria que prohibía el ingreso de carne con hueso desde zonas del país donde se aplicaba la vacunación contra la fiebre aftosa. La nueva disposición se basa en estudios realizados por el Senasa, los cuales concluyeron que no existe circulación viral de la enfermedad en el territorio nacional, minimizando el riesgo de propagación del virus.
La medida también está alineada con las recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y establece una serie de requisitos estrictos para la producción, empaque y transporte de la carne que se dirija a la región.
Requisitos sanitarios para el traslado de carne
Para garantizar la bioseguridad, el Senasa ha estipulado condiciones precisas que deben cumplir los productores:
La carne debe proceder de animales criados en zonas libres de fiebre aftosa con o sin vacunación.
El sacrificio debe realizarse en establecimientos habilitados y bajo inspección sanitaria rigurosa.
Se excluyen la cabeza, la faringe, la lengua y los ganglios linfáticos de los rumiantes.
Los cortes deben estar doblemente empaquetados y rotulados.
La carne debe pasar por un proceso de maduración de al menos 24 horas a una temperatura mayor a 2 °C y con un pH igual o inferior a 5,9.
Según voceros del Senasa, estas medidas permitirán mantener la bioseguridad agropecuaria sin perjudicar la competitividad del sector ni afectar los acuerdos comerciales internacionales.
Impacto en el mercado y el precio de la carne
Uno de los efectos más esperados con esta decisión es la reducción en el precio de la carne en la Patagonia, donde los costos han sido históricamente elevados debido a la oferta limitada. Actualmente, en ciudades como Neuquén y el Alto Valle de Río Negro, el precio del asado supera los $20.000 por kilo, mientras que en Buenos Aires se comercializa a $8.200. Con el levantamiento de la prohibición, se prevé un aumento de la oferta en la región, lo que podría traducirse en una baja en los precios y una mayor disponibilidad de productos para los consumidores.
Regulaciones para el ingreso de material genético
Además de la carne con hueso, la resolución también establece regulaciones para la entrada de material genético de bovinos, bubalinos y cerdos domésticos. Los embriones y el semen deben provenir de animales sin signos de fiebre aftosa y cumplir con estrictos controles sanitarios. Sin embargo, la entrada de animales reproductores en pie a la Patagonia aún no ha sido habilitada y se encuentra bajo evaluación.
Conclusión
El levantamiento de la prohibición marca un cambio significativo en la política sanitaria y comercial del país. La flexibilización de estas restricciones podría beneficiar tanto a los consumidores como a la industria cárnica, garantizando al mismo tiempo el cumplimiento de los estándares sanitarios internacionales. Ahora resta evaluar cómo impactará la medida en el mediano plazo y si efectivamente se traduce en una reducción en los costos para los habitantes de la Patagonia.